Por José Ángel Ruíz Cuevas
Como había escrito hace unos ayeres, existen grandes retos globales para este nuevo año entre los que incluí el manejo de la nueva variante del coronavirus, el cambio climático y el combate a la desinformación dentro de las sociedades digitales. Pero como ya mencionaba en aquellas líneas, eso solo era la punta del iceberg. Lamentablemente en los últimos días hemos podido presenciar las consecuencias de otro de los retos que nos enfrentamos como humanidad y es el de la crisis económica global y el de lograr una completa reanudación del funcionamiento de las cadenas de producción para reanudar el movimiento de la economía.
El duro golpe se sintió en los últimos meses del 2021, el precio de los productos de la canasta básica se ha incrementado significativamente y todo indica a que esta tendencia continuara por los primeros meses del 2022. Muchos detractores del actual gobierno ponen la culpa sobre el presidente, comúnmente se ven comentarios en las redes sociales que únicamente culpan al presidente por estos acontecimientos sin entender la complejidad del fenómeno. Y aunque en cierta medida el presidente sí comparte responsabilidad por ser quien debe administrar la crisis, debe quedar completamente claro que esto es un fenómeno global y por lo tanto un reto que debe tener propuestas de solución con un enfoque igualmente global.
Para resumir, actualmente las cadenas de producción y transporte están completamente colapsadas, debido a la pandemia y la falta de mano de obra en diversos sectores estratégicos. Existe una graves escasez de contenedores para transportar bienes a través del mar, barcos llenos de mercancías están esperando encontrar un lugar disponible en cualquier puerto en el cual dejar su carga. Sin embargo, la falta de mano de obra impide que esos contenedores se desocupen. El tráfico marítimo se acumula, las mercancías no llegan a su destino en los mercados y centros comerciales, la demanda por algunos productos sube durante la temporada de invierno, provocando que los precios de estos suban y no existe suficiente oferta para satisfacer dicha demanda, terminando así el 2021 con una inflación del 7.36% en México y en otros países como Turquía por incluso más del 15%.
Naturalmente este fenómeno inflacionario global tiene una repercusión en los bolsillos de todos los ciudadanos y es ese momento en el que la crisis económica comienza a tocar el plano de lo político. Los altos precios de productos básicos comienzan a generar un descontento y frustración en la población, se comienza a culpar a los gobiernos por dichas crisis, mientras que los políticos de oposición comienzan a llevar agua a sus molinos para poder desafiar al partido gobernante en las urnas, reduciendo todo a un combate de propuestas y contrapropuestas. Esto no es un fenómeno exclusivo de México y aquí mencionaré algunos ejemplos.
A tan solo año y medio de las elecciones en Estados Unidos la aprobación de Joe Biden por el público se encuentra en un punto extremadamente bajo con el 44% de la población aún, apoyando su gobierno y las encuestas apuntan a que este año electoral los demócratas perderán el control de ambas cámaras como consecuencia de la crisis inflacionaria en el vecino del norte. Otro ejemplo, más extremo, acaba de ocurrir en Kazajistán, un país poco conocido de Asia Central en donde un súbito aumento de los precios de gas provocó una protesta masiva que ahora exige un cambio completo en el régimen de dicho país.
Con todo lo descrito anteriormente valen la pena hacernos dos preguntas que considero cruciales para el futuro cercano a nivel global y local. La primera ¿Cuáles serán las acciones de la comunidad internacional para contener y eventualmente poner fin a la crisis? La lección que nos dejó el covid es que no se pueden seguir tomando acciones fragmentadas en un tema que concierne a todo el mundo, habrá que observar detenidamente los futuros acontecimientos ya que se pondrá a prueba la capacidad de respuesta de nosotros como humanidad a uno de los tantos retos globales de este año. Mientras que en el plano local la pregunta es de otro tipo y es ¿Cuál será el costo político que pagará el partido gobernante de cara a las próximas elecciones estatales? No cabe duda de que la crisis ha golpeado el bolsillo de las y los mexicanos y ese simple hecho será un factor que influenciará en los votos de muchas personas.
#CONTRANARRATIVAS
Twitter: @AngeloRuiz96