Por Rubén Mújica Vélez
El 18 de marzo es un día inolvidable en la historia nacional. Cárdenas con el Zócalo de la Ciudad de México repleto de eufóricos ciudadanos informaba al pueblo que había decretado la Expropiación de TODA la industria petrolera, hasta entonces en manos de extranjeros.
De buitres que explotaban a los trabajadores y el subsuelo mexicano. En una gran novela “La Rosa Blanca” Bruno Traven reseñó la brutal criminalidad que los extranjeros ejercían en los campos petroleros. José Mancisidor en su libro “Las simas del alba” a su vez relato un momento cumbre: el día en que CÁRDENAS confrontó a los soberbios representantes de empresas norteamericanas, inglesas y holandesas y que intentaron someter colectivamente al Presidente de la República. Tras de haberse negado a satisfacer las justas reclamaciones de los trabajadores petroleros, Cárdenas los puso en su sitio al negarse rotundamente a favorecer los extranjeros abusivos.
Fue un pasaje que reveló la dignidad Presidencial y la reivindicación de la Soberanía Nacional. Fue políticamente el momento cumbre de la Revolución Mexicana. Esos ejemplos de dignidad nacional han sido remitidos al olvido por los políticos traidores a México.
Ésas son páginas de nuestra historia que merecen reivindicarse, como repite AMLO sobre todo para conocimiento de los jóvenes y para que comprendan porqué muchos ancianos que estudiamos la historia nacional mantenemos un sentimiento férreo: el orgullo de ser mexicanos. Volvamos a los libros y no olvidemos que “la historia es la maestra de la política” como acuñó el maestro Arnaldo Córdova.