Por Gerson Hernández Mecalco
Cuando los reporteros de la fuente de política reciben capacitación sobre temas científicos, mejoran sus historias —yo diría que de cualquier fuente —; de acuerdo con Josué Benton fundador de Nieman Lab. Sin embargo, el problema es la reducción de presupuestos en las salas de redacción. Esto no es nuevo, hace 20 años, diversos estudios confirmaron que: “Los periodistas estadounidenses opinan que la falta de capacitación es su principal fuente de insatisfacción laboral, por encima del salario y los beneficios… los ejecutivos de noticias… admiten que deberían brindar más capacitación, pero el tiempo y el presupuesto son las principales razones por las que no lo hacen”.
La evidencia científica, corrobora esta hipótesis, ya que un nuevo artículo en Journalism Practice, (Smith y Markowitz; y Gilbert de las Universidades de Oregón y Connecticut, respectivamente), se afirma que después de una capacitación de dos días, un análisis de contenido corroboró que intentaron “incorporar más material científico en sus historias”. En México son casi nulas las secciones de periodismo de divulgación científica —que no es lo mismo que revistas científicas y de divulgación científica—. Recuerdo que una compañera de la Universidad —y con el riesgo que conlleva generalizar—intentó convencer a los editores de su primer trabajo, de implementar el estilo de Gaceta UNAM; desafortunadamente no solo fracasó, sino que la sección fue eliminada.
En este sentido, Josué Benton se pregunta ¿Cuántas historias de Covid-19, relacionadas con la ciencia, fueron contadas por reporteros de las fuentes de política o el gobierno? “Muchos de ellos hicieron un excelente trabajo. Pero los reporteros que no confían en su conocimiento científico, es fácil que recurran a un marco de las historias políticas: Un lado dice x, el otro lado dice y”.
El análisis de Nieman Lab afirma que la mayoría de los periodistas no son especialistas en ninguna fuente, sin embargo, no se puede generalizar, pero este estudio comparte los siguientes datos: “Más del 75% en la fuerza laboral de los medios tienen un título universitario en artes y humanidades. Cuando se trata de periodismo científico, Sachsman, Simon y Myer Valentia (2008) encontraron que sólo el 3% tienen una licenciatura en ciencias”. Sin embargo, algunos editores y periodistas con más experiencia afirman que si bien una educación formal es importante, la educación informal o práctica del periodismo es mejor, a esto se llama “talachear” y olvidar que encarnas a Ryszard Kapuściński.
Ya casi para terminar, la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia realizó un campamento gratuito en 2019 durante dos días y medio sobre Science Essentials for Political Reporters, donde 29 reporteros especializados en “política” de medios locales, regionales y nacionales en 18 estados fueron estudiados. Los resultados se midieron respondiendo: 1.- ¿Intentarían incorporar más ciencia en sus historias? Sí (61,5%), “probablemente” (27%) y “podría o no” (11,5%)”. Lo siguiente fue examinar si en sus reportajes emplearon fuentes científicas. 25% de los contenidos sí antes de la capacitación y en el 33 % después.
Se corrobora que la capacitación influye en el trabajo periodístico. Algunas preguntas. ¿Para los participantes durará ese cambio en el tiempo?, ¿Siguen esos reporteros citando a más científicos que hace dos años?” y por último ¿La pandemia retrocedió los conocimientos teóricos de las nuevas generaciones? La conclusión es que, con capacitaciones o no, en el periodismo se aplica el método científico, todo lo demás es el ridículo “periodismo ciudadano” y las fake news.
Comunicólogo político y académico de la FCPyS UNAM, @gersonmecalco