Prohibición, herencia de cuatro estadounidenses
Cuatro personajes de Estados Unidos heredaron al mundo la política en contra de la cannabis para obtener poder y dinero; esta planta sagrada, milenaria y adoptada por comunidades indígenas fue estigmatizada por William Randolph Hearst, magnate de medios de comunicación; Lammont Du Pont, empresario de papel, farmacéutico y plásticos; Harry Jacob Anslinger, personaje racista y ex director general del Buró Federal de Narcóticos y John D. Rockefeller Jr, empresario petrolero; han muerto hace tiempo, no obstante, su condena a la planta continúa en las sociedades del mundo y actualmente tras su despenalización en ciertos estados, Estados Unidos ahora llena sus arcas de dinero.
Los intereses económicos y políticos de estos cuatro estadounidenses fueron puestos por encima de los diversos beneficios que la cannabis había legado a la humanidad desde el comienzo de la historia, pues está demostrado que con las fibras de esta planta se pueden fabricar productos biodegradables como textiles, papel, plástico, biocombustibles, baterías y sus más de 25 mil aplicaciones amigables con el planeta.
Utilizando los medios, crean estigma y satanizan la planta
Lammont Du Pont, empresario estadounidense farmacéutico, patentó el tratamiento químico de la pulpa de madera para fabricar papel, sus intereses se vieron entorpecidos por el florecimiento de una nueva industria del cáñamo basado en la viabilidad comercial de producir celulosa para fabricar papel, textiles, plásticos y biocombustibles. Esto fue considerado como una amenaza.
El papel de cáñamo es el sustituto ideal, mientras un árbol aprovechable para pulpa puede tardar décadas, la cannabis está lista en 120 días, además una hectárea de esta planta produce cuatro veces más material para papel que un área similar llena de árboles.
El cáñamo también combate la deforestación. Actualmente 42% de la madera talada a nivel mundial es usada para fabricar más de 420 millones de toneladas de papel que consumimos en todo el planeta y aun así hay desabasto.
William Randolph Hearst era un magnate de la prensa estadounidense y utilizaba el periodismo de investigación al servicio su ideología y ambiciones políticas. En el año de 1924 poseía 49 periódicos y revistas, 12 emisoras de radio, dos agencias de prensa internacionales y un estudio cinematográfico.
Las noticias que difundía promovían la teoría de que los negros y los mexicanos se transformaban en bestias desesperadas debido al efecto de la cannabis; además utilizaba la palabra marihuana, confundiendo a sus lectores.
La clave de la prohibición de la cannabis fue Hearst, pues sus periódicos difundían prejuicios sobre mexicanos, afroamericanos y los músicos de jazz.
Además odiaba a los mexicanos debido a que tenía más de 800,000 acres de terreno en México que le fueron arrebatados por los hombres de Pancho Villa. De acuerdo con sus periódicos, que tuvieron hasta 20 millones de lectores, la cannabis producía a los mexicanos ansias de crímenes y violencia.
En el año de 1930, Harry Jacob Anslinger, destacado por su racismo hacia los mexicanos, fue nombrado director general del Buró Federal de Narcóticos, junto con los medios de comunicación esparció la idea de que las mujeres de color blanco, cuando consumían cannabis, buscaban relaciones sexuales con los negros y latinos.
John D. Rockefeller Jr sabía que la cannabis era considerada como un sustituto del petróleo, lo que causó la alerta de este empresario estadounidense, quien también colaboró en la campaña de desprestigio en contra de la cannabis.
La cannabis era considerada sustituto del petróleo pues es biodegradable, renovable, fuerte y menos perjudicial para el medio ambiente que el plástico a base de petróleo. Los plásticos derivados de la fibra celulosa que produce la cannabis se pueden degradar en tan solo 80 días, a diferencia de los que están hechos con petróleo, que tardan cientos de años en descomponerse.
Usar plásticos biodegradables reduciría en gran medida las más de 8 mil millones de toneladas de plásticos que cada año llegan a los océanos y envenenan sus ecosistemas; científicos que estudian el clima están de acuerdo en que debemos reemplazar nuestra dependencia de los combustibles fósiles.
Incluso Henry Ford pensó que el cannabis podría ser una alternativa en la creación de los automóviles. Ésta y otras fibras vegetales podrían ser utilizadas para fabricar carrocerías, logrando ventajas en términos de peso y resistencia.
El proyecto se denominó Hemp Car (coche de cáñamo), conocido oficialmente como Soybean Car y que fue presentado hace 80 años, en plena Segunda Guerra Mundial, que provocó una escasez de acero.
La industria textil también se vio amenazada, pues el cáñamo podía sustituir al algodón, este es el cultivo más utilizado por la industria textil y uno de los más contaminantes. Para producir un kilo de algodón se requieren hasta 10 mil litros de agua y para producir un kilo de fibras de cáñamo tan solo 500 litros de agua, además las variedades industriales de cannabis se cultivan sin usar agroquímicos o pesticidas, mientras el algodón requiere grandes cantidades de estas sustancias, que terminan por contaminar los suelos, además, las prendas hechas con tela de cáñamo pueden durar hasta 4 veces más; el cáñamo es una planta capaz absorber el CO2 del aire, limpiar el suelo contaminado y el agua, contribuyendo a revertir el cambio climático.
De manera que sí el cáñamo continuaba siendo legal, industrias como la maderera, el algodón o la petroquímica, controladas por los bancos, perderían miles de millones de dólares, por lo que para proteger sus inversiones los empresarios mencionados orquestaron varias campaña de desprestigio.
Las campañas funcionaron y siguen funcionando. En el año 1937, el Congreso de los Estados Unidos prohibió la cannabis, catalogándola como una hierba peligrosa, la propia ley fue redactada por Anslinger. Durante la resolución en agosto de ese mismo año, la cámara votó a favor de la prohibición, cultivo y posesión sin grandes revisiones, solo por intereses económicos, perdiendo de vista cualquier investigación relacionada al uso médico para futuros años.
La prohibición en México
Nuestro país ha sido un coprotagonista de Estados Unidos en el tema de la prohibición de la cannabis. En nuestro país la cannabis pasó de tener un uso común a uno altamente prohibido y penado, sin haber representado un problema de salud pública. Fue el 15 de marzo de 1920 cuando se publicó un decreto en el Diario Oficial titulado: “Las disposiciones sobre el cultivo y comercio de productos que degeneran la raza”, con lo que el Estado mexicano declaró la guerra a la cannabis.
Mención especial requiere Leopoldo Salazar Viniegra, con doctorado en Medicina, que impulsó una política mediante la cual el Estado proporcionara la cannabis a las personas que así lo requirieran, medida que se puso en marcha el 17 de febrero de 1940, durante el último año del mandato del general Lázaro Cárdenas a través del nuevo Reglamento Federal de Toxicomanías, publicado en el Diario Oficial de la Federación. Debido a la presión de Estados Unidos, el tres de julio de 1940 se publicó el decreto que suspendía dicho reglamento.
Economía hipócrita: arcas de Estados Unidos llenas gracias a la cannabis
En dieciséis estados de Estados Unidos es legal el consumo recreativo de la cannabis, siendo California y Colorado los estados pioneros. Se considera irregular el proceso de legalización de la cannabis en este país, pues aún no se acepta en todos los estados.
Un claro ejemplo del avance en recaudación es Massachusetts, que por primera vez ha recaudado más en impuestos especiales a la cannabis, que sobre el alcohol; logrando una captación de 74 millones 200 mil dólares.
De acuerdo con la Cannabis Control Commision (CCC), desde que comenzó la venta minorista en noviembre de 2018, el monto de ventas no ha parado de crecer. Además durante 2021 se recaudó más de 112 millones en impuestos especiales derivados de la venta de cannabis recreativa, lo que representa un aumento del 206% más de lo previsto.
En Massachusetts, sumando las ventas minoristas acumuladas desde noviembre de 2018 se logró alcanzar un monto total de 2 mil 54 millones de billetes verdes.
Un informe elaborado por Leafly y Whitney Economics en 2019 concluyó que la industria de la cannabis era una de las que más había crecido a nivel laboral en Estados Unidos, pues se registró un aumento del 44%, logrando sumar 211 mil trabajadores.
También auguran que para 2030, el impacto económico de la cannabis en la nación americana podría rondar los 75 mil millones de dólares.
Otro ejemplo claro de ingresos es Illinois, en donde los impuestos a la cannabis superaron por primera vez a los del alcohol, llegando a sumar 100 millones de dólares más.
De acuerdo con Marijuana Policy Project, desde que empezaron las ventas con licencia en Estados Unidos, en 2014, los estados que optaron por la legalización han ingresado más de 10 mil millones en impuestos.
Previsiones en ingresos para México
En el caso de México, las proyecciones apuntan a que la aprobación del mercado de cannabis provocará un mercado nacional, medicinal y recreativo que rondará los 5 mil y 6 mil millones de dólares para 2025, mientras que en el mundo se prevé una cifra de 73 millones 570 mil dólares en 2017, de acuerdo con la consultora Grand View Research.
Según las estimaciones del Congreso mexicano y del Consejo Mexicano de Cannabis y Cáñamo se espera recaudar entre 900 y mil 700 millones de dólares de impuestos anuales.
Mientras que la cannabis en Canadá aportó 11 millones 32 mil dólares al PIB canadiense, en nuestro país se prevé que la legalización podría suponer cerca de 130 mil millones de dólares en ingresos fiscales y alrededor de 1 millón 600 mil nuevos empleos, esto de acuerdo con un estudio de New Frontier Data.
Finalmente Estados Unidos prevé recaudar 105, 600 millones de dólares en ingresos fiscales federales en 2025, de acuerdo con un informe de la empresa de análisis de cannabis New Frontier.
Las preguntas son: ¿Hasta cuándo la sociedad seguirá sometida a los intereses de estos cuatro personajes de Estados Unidos ya fallecidos?¿Qué se espera en México y en otros países para poder dar los permisos para la explotación de una planta que puede cambiar el curso de la humanidad? ¿A quienes en México les beneficia que no se regule?
Alejandro Ernesto Martinez Moreno, presidente del Consejo de Administración Oaxaca Highland.