Por Rubén Mújica Vélez
El canto del cisne de los imperios anuncia su muerte. La expansión del Imperio Romano con Augusto encontró en Teutoburgo la señal de su decadencia. EUA ha “estirado la liga al máximo”. El poderío económico/bélico de China y Rusia, avanzan. Mientras Biden ha presionado a una Europa envejecida demográfica y económicamente para sumarse a una guerra que ha originado un desbarajuste.
Apoyar todos esos “socios” con miles de millones de dólares en armamento enriquece a los productores de armas y reduce bárbaramente la producción de alimentos. Esto acelera la inflación que se espera mayor por la reducción de gas y petróleo rusos, cuando más se requiere. Europa puede perder como Napoleón y Hitler en los próximos meses invernales. Los sumisos europeos a la guerrita de Biden, al guerrear contra Rusia, han atraído “El Padre Invierno” que Napoleón y Hitler fueron a buscar en Rusia y los destruyó.
Paradojas históricas. Así, como ironía sangrienta, la ciencia yanqui avanza y deslumbra a la humanidad con el telescopio Webb. Pero en el globo terráqueo perfila un probable holocausto nuclear. Solo mantiene la esperanza de que no suceda, la sensatez ¡quien lo pensara!, de la cúpula del Pentágono que reveló hace meses su renuencia a aprobar el uso del botón nuclear. Y por otro lado, la sensatez del truchimán Putin, impecable jugador de ajedrez, así sea nuclear.
