Ciudad de México/05/10/22. Tras varios años de conflicto las comunidades oaxaqueñas de San Sebastián Nopalera y Zimatlán de Lázaro Cárdenas, lograron poner fin a los conflictos territoriales que mantenían, a través de la firma del Acuerdo de Paz que se realizó la mañana de este miércoles ante autoridades federales y estatales.
Dicho acuerdo abre el camino para una solución definitiva al conflicto de tierras que ambos pueblos sostienen y que ha dejado como saldo mas de 30 muertos una decena de desaparecidos así como viudas y huérfanos.
Al respecto y frente a la presencia de Alejandro Encinas Rodríguez, sub secretario de Derechos Humanos de la Secretaria de Gobernación; Alejandro Murat Hinojosa, gobernador de Oaxaca y Fernanda Dos Anjos , coordinadora de la sección de medidas cautelares de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, el activista, defensor de Derechos Humanos y representante de San Sebastián Nopalera, Efraín Solano Alinarez agradeció la muestra de madurez política y civilidad de las autoridades y habitantes de ambas comunidades.
El activista destacó los 12 años de lucha y dolor que antecedieron a este momento histórico y el anhelo de los pueblos de la Sierra Mixteca a los que comúnmente les alcanza el olvido por lograr acuerdos, que como este, garantizan una vida comunitaria pacífica y digna.
Solano Alinarez celebró que en ese afán, otros pueblos vecinos como San Antonio Jicaltepec y Santiago Nuyoó, hayan logrado, a través del diálogo y respeto a su palabra, resolver sus problemas de linderos y, priorizar la paz.
En ese contexto mostró su desacuerdo en el papel que ha jugado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el caso de las comunidades de Nopalera y Zimatlán, que dictó medidas cautelares a solo una de las partes lo que permitió la entrada del Ejército, la Policía Federal, la Policía Estatal y los Ministerios Públicos que ultrajaron, torturaron, saquearon y encarcelaron a habitantes de la primera de ellas.
El representante del pueblo de San Sebastián Nopaleta afirmó que ser pobre, ser indígena y ser escuchado es difícil, por eso aprovechó el momento para hacer una relatoría de la historia de San Sebastián Nopalera, dónde la palabra se honra.
Expuso que con diálogo han resueltos sus diferencias agrarias, cómo sucedió a principios del 2000, con San Antonio Jicaltepec.
Después, y tras décadas de encono con Santiago Nuyoó y con Santa María Ocotlán, la palabra, subrayó, fue el instrumento para dirimir las diferencias sobre las tierras comunales.
“Los abuelos dijeron; construyamos paz, que callen los fusiles y entonces fue que cedimos tierras a los tres pueblos.
Hoy, con ellos ondea la bandera de la hermandad, la armonía y la paz. Ya resuelto, los gobiernos llegaron a dar fe, firmaron minutas y ya no los volvimos a ver”, indicó.
Empero, añadió, cuando todo parecía que iba bien se escucharon otras voces que también clamaban tierra y otra vez sonaron los tambores de guerra, hubo sangre, muerte y dolor entre hermanos.
Reprochó el actuar que en su momento tuvieron las autoridades estatales y federales, por las acciones represivas que vivió San Sebastián Nopalera por parte de las fuerzas militares y policiales que intervinieron en nombre de las medidas cautelares dictadas por un organismo internacional llamado Comisión Interamericana en los tiempos del presidente Felipe Calderón.
Ahora y a diferencia de aquellos tiempos, Efraín Solano reconoció la sensibilidad del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador para atender el tema.
“Somos parte de esos muchos México escondidos que duelen, donde siempre encontraran respeto y también dignidad.
Desde abajo, con todos y todo el tiempo hemos luchado por la paz; y la paz será nuestra casa y camino”, concluyó.