La noche de este domingo Andrés Manuel López Obrador celebrará el rito más importante del calendario cívico, el más relevante para el presidente en turno, y que queda grabado en la memoria colectiva.
Lejos quedó aquella noche del 16 de septiembre de 2006, en los días de mayor crispación que ha tenido la actual generación de mexicanos.
López Obrador había perdido la elección presidencial ante Felipe Calderón por el margen más estrecho de los tiempos modernos (240 mil votos, 0.6 por ciento de la votación), había encabezado 45 días de plantón y mítines en el Zócalo y el Paseo de la Reforma, y había advertido que daría su propio Grito de Independencia al pie del Balcón Presidencial de Palacio Nacional.
Vicente Fox optó por dar su último Grito presidencial en Dolores, Hidalgo, y López Obrador cedió la oportunidad a Alejandro Encinas, jefe de Gobierno sustituto de lanzar la arenga desde el Antiguo Ayuntamiento.
En 2006, López Obrador había advertido que daría su propio grito, pero cedió la oportunidad a Alejandro Encinas, jefe de Gobierno.
Las ceremonias del Grito se convirtieron desde entonces en un espejo de la realidad nacional.
En 2007, López Obrador y sus simpatizantes se enfrascaron en una guerra de decibeles con el gobierno federal, que duró hasta cerca de las 21:00 horas, cuando el tabasqueño dio el Grito de Independencia acompañado de Rosario Ibarra de Piedra.
Un año después, López Obrador dio el “Grito de Libertad” a las 22:00 horas para dejar de nuevo la plaza a Felipe Calderón.
En 2008, Andrés Manuel López Obrador dio el Grito de Independencia acompañado por Rosario Ibarra y Yeidckol Polevnsky, entre otros.
Para 2009, el tabasqueño cedió por completo la plaza, pero se mantuvo cerca, en el Hemiciclo a Juárez, donde dio su Grito, calificó a Felipe Calderón de “monigote” y adelantó que Enrique Peña Nieto ya era impulsado a la Presidencia de la República en 2012.
El Grito fue dado por Clara Brugada.
En 2010, el hoy presidente seguía acechando. La ceremonia del Grito se trasladó a la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.
Un año después, el Zócalo estuvo ocupado durante semanas por un plantón del Sindicato Mexicano de Electricistas, orillando a López Obrador a un “repliegue táctico” fuera de la Ciudad de México y fue a dar el Grito de Independencia a Salamanca, Guanajuato.
Para 2012, de nuevo los días previos al 15 de septiembre estuvieron llenos de tensión debido a la segunda derrota por la presidencia de López Obrador.
Pese a la lluvia, el movimiento Yo Soy 132 lanzó arengas durante el Grito dado por Calderón, y se lanzaron rayos láser al rostro del presidente.
A partir de 2013 López Obrador inició un peregrinar por diversas ciudades para encabezar ceremonias del Grito de Independencia: ese año en Reforma, Chiapas; en 2014, en Azcapotzalco, Ciudad de México; el 2015, en Tamulté de las Sabanas, Tabasco; en 2016, en Texcoco, Estado de México, en 2017, en Dolores, Hidalgo.
El año pasado, ya como presidente electo, López Obrador optó por rendir un homenaje a los participantes en la Batalla del Monte de las Cruces, en la zona de La Marquesa.
Este será el primer año en que López Obrador no encabece la ceremonia del Grito de Independencia desde un templete en la plaza, sino desde el Balcón Central de Palacio Nacional, y con todo el apoyo logístico que requiere la celebración de la fiesta nacional desde la sede del Poder Ejecutivo de México.