Francisco Toledo y Monsiváis llegan al Museo de los Pintores en Oaxaca

Francisco Toledo y Monsiváis llegan al Museo de los Pintores en Oaxaca

Una exposición rememora el legado de ambos autores, las piezas estarán en una exposición a partir del 23 de noviembre.

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Francisco Toledo (1940-2019) se concentró en dinamizar la vida cultural en Oaxaca, antes que pensar en su proyección artística. El autor fallecido el pasado 5 de septiembre solía tener exposiciones en el extranjero, pero éstas no eran de su interés y por ello tampoco les dedicaba tanto tiempo (al menos no para la promoción).

Fernando Gálvez de Aguinaga, quien fuera su colaborador por varios años y cercano a él, recuerda que en los últimos meses le apoyó para una magna muestra en Washington. Pero Toledo “no estaba tan emocionado, no era su interés. Le preocupaban más los asuntos sociales, las cosas que tenía que resolver”.

Pese a ese desinterés del artista juchiteco, Gálvez piensa que tras su muerte habrá “una segunda oleada” de su obra y legado. “Él nunca fue de homenajes y más, pero es inevitable cuando hay una dimensión de ese tamaño”, recuerda el exdirector del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), una de las instituciones fundadas por Toledo y donada en 2015 al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

“Cuando me tocó integrar el expediente del premio nobel alternativo llevaba varias semanas y calculaba que estaba al 50 o 60 por ciento del expediente cuando se apareció el maestro Toledo y dijo: ‘ya basta de estar escarbando la egoteca’. Agarró todo y mencionó: ‘así se va a ir’. Y lo envió a la persona que estaba haciendo la gestión ¡Imagínate!, le dieron el premio con la mitad de las cosas que teníamos registradas; si lo hubiéramos mandado entero, yo creo que le hubieran dado el otro (Nobel)”.

Con esas memorias sobre Toledo, el curador y crítico de arte destaca parte de la personalidad del también activista, a quien ahora, como esos homenajes inevitables se le recuerda con la exposición Toledo-Monsiváis, gestionada por Gálvez y curada por Rafael Barajas “El fisgón”.

La dupla de amigos ya fallecidos (el escritor Carlos Monsiváis, en 2010; y Toledo, hace unos días) se reencuentra en la ciudad de Oaxaca a partir del 23 de noviembre, con una muestra de más de 200 piezas que hurgan en la relación de ambos, y a su vez en la amistad entre artes plásticas y literatura. Su presencia se suma a los festejos del Museo de los Pintores Oaxaqueños (Mupo) y se hace en colaboración con el Museo del Estanquillo, el Patronato de Amigos del Museo de Arte Prehispánico Rufino Tamayo y el museo sede. Asimismo, se actualiza con materiales y el contexto tras la muerte de Francisco Toledo.

“Monsiváis era prácticamente el mejor amigo de Toledo, y él (Francisco) aprobó el traer la exposición. Pero más allá de que la haya aprobado, creo que es un homenaje para él. Solamente a Monsiváis le hizo un retrato realista, a nadie más. Ese retrato está en la Biblioteca de México, donde quedó la biblioteca de Carlos Monsiváis. El maestro hizo el piso de la biblioteca, hizo ese retrato y otra serie de piezas. En la exposición Toledo-Monsiváis viene otro retrato, no tan realista como el de la biblioteca, pero que inmediatamente lo ves y sabes que es Carlos Monsiváis”, relata Gálvez. Francisco Toledo incluso le hizo la urna mortuoria (gaturna) a Monsiváis. “Y hay varias pinturas que le dedicó”.

La exposición Toledo-Monsiváis se ha presentado en diversos recintos del país, entre ellos el Museo del Estanquillo y el Museo Soumaya (ambos en Ciudad de México), en el Centro Cultural de Mérida, además del Centro Cultural Tijuana (Cecut) y el Centro Cultural García Márquez de Bogotá (Colombia).

Integrada por más de 250 piezas (260, según la presentada en 2012 en el Estanquillo), la muestra hace un repaso por la obra plástica del artista juchiteco, a quien el escritor y coleccionista dotó de los textos para diversas publicaciones: Zoología fantástica, en una edición para la que Toledo hizo 46 originales en papel y Monsiváis escribió el prólogo; El cuento del conejo y el coyote, libro zapoteco infantil, de la autoría de Natalia Toledo; hay 80 trabajos originales de la Libreta de apuntes del maestro Francisco Toledo, con textos de Carlos Monsiváis. Está también el trabajo de ficción de Monsiváis, el Nuevo catecismo para indios remisos, con cuentos y fábulas que Carlos escribió por petición de Francisco.

Cerca de 50 piezas más, de una de las colecciones de Monsiváis se incluye en la exposición. Algunas de ellas son piezas hechas especialmente para Monsiváis; otras, en las que, como refiere Gálvez, se observa la amistad entre ambos autores.