La doctora Anna Zimmerman, una neonatóloga que radica en Denver, Estados Unidos, compartió a través de un video la ardua batalla que su pequeño hijo de cuatro años enfrentó tras ser diagnosticado con coronavirus COVID-19.
El pequeño paciente es Lincoln, un niño de apenas cuatro años que fue diagnosticado con la nueva enfermedad en marzo pasado pese a que él y su familia trataron de tomar todas las precauciones sanitarias posibles.
El hijo de la profesional de la salud ingresó al Rocky Mountain Hospital for Children, mismo sitio donde labora su madre.
“En el momento de la admisión, necesitaba 2 litros de oxígeno. Esa misma noche, progresó hasta necesitar 4 litros. Al día siguiente, estaba en 6 litros y luego 9 litros”, escribió la neonatóloga Anna Zimmermann.
“Estaba trabajando muy duro para respirar, usaba todos los músculos de su pecho, abdomen y cuello. Como médico sabía que estaba trabajando duro para respirar. Los términos médicos utilizados para describir la dificultad respiratoria: sube y baja respiratorio, aleteo nasal, gruñidos, retracción, taquipnea: él los tenía todos. Como madre, era una tortura verlo luchar”, detalló.
La mujer decidió hacer público su caso para alertar que los niños también pueden estar vulnerables ante el coronavirus COVID-19, pese a que se ha dicho que tienen menor probabilidad de agravar en comparación con la población adulta.
“Se despertaba un par de horas por la mañana y tal vez una hora por la tarde, pero de lo contrario solo estaba durmiendo. No podía comer. Toda su energía se estaba volviendo a respirar. Y eso era bastante aterrador ver”, dijo la profesional de la salud en entrevista con la cadena CBS.
Quizá uno de los momentos más terribles para Anna Zimmerman fue ver los ataques de tos de su pequeño, así como escuchar sus lamentos.
“Mamá, esto no vale la pena (…) ¿cuándo va a parar esto? Mamá, no me siento tan bien. Mamá, no sirve de nada. Mamá, no voy a ir a casa”, detalló la madre.
La familia del pequeño Lincoln fue apoyada por la comunidad, que daba comida a su padre y sus hermanos mientras él permaneció en el nosocomio.
Afortunadamente, un mes después el niño logró mejorar y pudo continuar su recuperación en casa. Por su parte, su madre decidió hacer público el caso para sensibilizar a quienes ya quieren regresar a la vida cotidiana en Estados Unidos.