Por Gerson Hernández Mecalco
No hay que ser desconfiados, sino súper desconfiados de la información que se observa en las redes sociodigitales. El causante de la mentira no solo es del emisor, sino los receptores, que deberían caracterizarse por ser audiencias críticas, que verifiquen las fuentes. Por ejemplo, los griegos hablaban de la episteme (conocimiento) y la doxa (opinión); y en este debate es un excelente marco teórico para conocer esta diferencia. En otras palabras, el saber cuál es la fuente de la información, nos ayudaría a diferenciar entre los mensajes ideológicos que emiten propaganda y las fuentes imparciales. Al final la suma de ideas plurales nos brinda una mejor perspectiva del tema; y que mejor que practicarlo en la invasión de Rusia a Ucrania, pero mejor vamos por partes:
Existe una discusión acerca de qué alcances tiene la comunicación geopolítica a través de las redes sociodigitales, generación de contenidos informativos por parte de las agencias que sirven para difundir la propaganda en el escenario bélico internacional y los estados de percepción social de la realidad. A continuación, el testimonio de una mexicana que estudia en Rusia el Doctorado en Periodismo, y sus experiencias muestran algunas respuestas a este debate: “Mis clases son presenciales de 08:30 a 13:00 horas de lunes a sábado, comparto las aulas con ocho personas. Muchas de mis opiniones acerca de la situación actual transgreden el sistema. En las discusiones es cotidiano observar cómo no hay posturas, sino la Universidad no es otra cosa que una escuela de propaganda. Algunas compañeras y yo comentamos fuera del aula que siempre ha existido censura, pero sí se podía opinar, pero desde el cinco de marzo te pueden sancionar hasta con 15 años de cárcel si escribes información contra el discurso oficial, por lo que varios medios han salido del país”.
Recordemos que se han bloqueado medios de información y más de 150 periodistas han huido del país. De acuerdo con Amnistía Internacional, el órgano regulador de los medios de información en Rusia, Roskomnadzor, también ha bloqueado el acceso a Facebook y Twitter. A esta situación se suma la salida de Rusia de empresas multinacionales. Continúa la estudiante: “Cuando busco noticias en Internet, no puedo acceder a algunos medios mexicanos. Tienes que hacer un cambio de la red de BPN… Al mes pago 400 rublos por 30 gigas (75 pesos), pero la verdad tiene muchas deficiencias”. Este testimonio desnuda la Rusia intolerante, que mostró un rostro diferente en el Mundial de 2018, ahí donde en los alrededores de la Plaza Roja, el calor de Rostov y los canales de San Petersburgo se observaba la inclusión social y cultural, a pesar de la vigilancia desde las estatuas de Carlos Marx y Vladimir Ulianov, mejor conocido como Lenin, a la intolerancia sexual.
Ya casi para terminar, los medios locales como la agencia https://tass.com/ nunca hablaron del ataque a una planta nuclear en Ucrania y sus riesgos; en cambio se activaron voceros (científicos oficialistas) que aseguraban que la energía nuclear no hacía daño. En fin, hay un ambiente de tristeza en gran parte de la población, que no se puede ocultar, por ejemplo, la película de Batman no se estrenó. Por último, cuando varias empresas anunciaron su salida, la narrativa oficial era que se entendía su salida por ser de Occidente, pero ahora en la narrativa del Kremlin, hay un resentimiento contra estos negocios. Las conclusiones son que: “En mis clases de periodismo las narrativas oficiales dominan. Muchas personas me preguntan por qué no me regreso, y mi respuesta es sencilla, es una oportunidad única, es súper rico como periodista, y aunque parezca exagerando hay rasgos similares entre las autoridades de México y Rusia, a las cuales ojalá nunca lleguemos”. Se refiere, obviamente, a la única verdad de Palacio Nacional contra cualquier pensamiento opuesto.
Comunicólogo político y académico de la FCPyS UNAM, @gersonmecalco