Por Gerson Hernández Mecalco
La publicación de esquelas es costosa y se caracteriza por una abrumadora presencia de nombres masculinos acompañados de comentarios muy positivos a estos personajes de la clase política, empresarial y cultural. En México hay pocas referencias bibliográficas sobre el tema, pero nuestros gobernantes se caracterizan por utilizar los recursos públicos para brindar el pésame a diferentes grupos de interés. La iniciativa privada también utiliza su dinero para ponerle precio a la muerte en los periódicos.
De acuerdo con la tesis doctoral de Pardo González Nandín “La necrológica, un género periodístico vivo: la muerte como noticia a través de los diarios El País y El Mundo’”, de la Universidad de Sevilla, el género de los obituarios es tan antiguo como el propio periodismo: “En la Antigua Roma se publicaban, en los Annali Maximi, crónicas y avisos de los principales acontecimientos de la vida cotidiana de la ciudad: nacimientos, matrimonios, defunciones, etcétera”.
Para Bridget Fowler en “El obituario como memoria colectiva”, los primeros obituarios en términos “modernos” aparecieron en el londinense The Gentlemans Magazine (1731). Años más tarde se publicarán en The Times (1785). Pero será hasta dos siglos después cuando se analicen estos espacios a través de la obra de los norteamericanos John C. Ball y Jill Jonnes quienes estudiaron más de nueve mil 300 obituarios en The New York Times entre 1993 y 2000, concluyendo que la presencia de hombres fue del 83 por ciento (Alejandro de la Fuente, “Hacia una definición del obituario en la prensa española. El caso de El País”).
Existen otros trabajos con resultados similares como Nigel Starck; quien analizó los obituarios de los cuatro principales periódicos de Reino Unido con porcentajes de presencia de mujeres entre el 13 y 39 por ciento. Asimismo, Bridget Fow y Bielsa, después de analizar de 1900 al 2000, mostraron que la tasa femenina en The Times fue de entre el 11 y 15 por ciento. En otro contexto Nagy Z. mostró que en Hungría de entre 1961 y 2000 se registró la presencia del 36 por ciento de mujeres (estos datos también se citan en “Hacia una definición del obituario en la prensa española…”).
Ya casi para terminar, las conclusiones Alejandro de la Fuente en su investigación en El País corroboran todo lo anterior. “En el 91 por ciento de los obituarios se ofreció una opinión favorable al personaje, existe una gran diferencia porcentual entre la presencia de hombres (82%) y mujeres (18%); con un 91 por ciento caracterizada por una opinión favorable al personaje, frente a un seis por ciento con valoración es negativa y un tres por ciento en los que es neutra”.
Recientemente en una investigación de alumnos de la FCPyS UNAM se identificó que en una semana en el periódico Reforma la muerte del empresario Simón Name Yapur (7 de octubre), — con todo respeto — generó la publicación de casi 70 esquelas, con un precio de entre 94 y 120 mil pesos. Este es un ejemplo de cómo la muerte en los medios de información genera ganancias. Sin embargo, cada uno tiene la libertad de hacer con su dinero lo que quiera; solo que cuando los gobiernos emiten el pésame a las familias, no lo hacen con su dinero, sino a través de los impuestos de los seis de cada 10 mexicanos que así lo hacemos. Estas páginas en los periódicos revelan las redes de intereses de con quién se debe quedar bien, más allá de la muerte.
Comunicólogo político y académico de la FCPyS UNAM. Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco