En un clima de creciente violencia y crimen organizado, la situación en Ocotlán de Morelos, Oaxaca, parece empeorar sin que las autoridades tomen medidas efectivas. Este jueves, la comunidad fue sacudida por el asesinato de Sebastián A.H.G., de 65 años, quien fue ejecutado dentro de la ferretería “Aguilar”, ubicada a solo dos cuadras del palacio municipal.
El hecho se enmarca en una ola de delitos que incluye cobro de piso, ejecuciones y venta de drogas, actividades criminales que, según denuncias, se han incrementado bajo la supuesta complicidad de las autoridades. A pesar de las advertencias y la preocupación de los habitantes, el gobierno estatal, encabezado por Salomón Jara, y la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO), liderada por Noé Jara Cruz, no han tomado acciones contundentes para frenar la violencia.
Presuntamente el móvil del crimen se debe al cobro de piso y extorsión en la zona.
Testigos del asesinato informaron que Sebastián A.H.G. fue atacado por hombres armados que irrumpieron en su negocio. La víctima, conocida en la comunidad, se suma a una lista de personas que han sido violentamente asesinadas en lo que va del año, sin que hasta ahora se haya esclarecido ninguno de estos crímenes.
Los pobladores de Ocotlán de Morelos expresan su indignación y temor ante la impunidad que parece prevalecer, mientras el gobierno estatal no actúa para frenar la violencia que azota a la región. Este último asesinato pone en evidencia la grave crisis de seguridad que enfrenta Oaxaca, y la percepción de que la venta de impunidad se ha convertido en una moneda de cambio para los criminales, que operan a plena luz del día y a escasos metros de las oficinas gubernamentales.
Ante la situación, la comunidad exige una respuesta inmediata y efectiva de las autoridades para devolver la paz y la seguridad a Ocotlán de Morelos, un pueblo que ha sido víctima del abandono y la complicidad.
