Santa Lucía del Camino, 2 de septiembre de 2024.— Luis Rey López, ex candidato de Movimiento Ciudadano en Santa Lucía del Camino, ha desatado la polémica al aprovecharse de la tragedia que embarga a la familia del joven Diego Paz para sus propios fines políticos. A través de redes sociales, López ha convocado a una marcha que, lejos de buscar justicia, parece encaminada a generar caos y vandalismo en las calles del municipio.
En sus publicaciones, López ha instado a los ciudadanos a llevar machetes, palas y picos durante la marcha, lo que ha generado alarma entre los habitantes. Este llamado a la violencia parece ser un intento por capitalizar el dolor ajeno y desestabilizar la comunidad. No es la primera vez que el excandidato busca protagonismo en medio de una crisis; en las elecciones municipales del pasado 2 de junio, López fue derrotado y desde entonces ha intentado mantenerse en el escenario político de Santa Lucía del Camino.
Según fuentes cercanas, López ha amenazado con infiltrarse en la marcha originalmente convocada por estudiantes de bachillerato y universidad, programada para este martes 3 de septiembre a las 10 de la mañana, frente al CBTis 123. Su objetivo, según se ha filtrado, es realizar pintas en comercios y viviendas, e incluso incendiar el Palacio Municipal, un lugar en el que siempre ha querido destacar.
Esta maniobra de Luis Rey López ha sido ampliamente criticada por aprovecharse del dolor de la familia Paz y por intentar desvirtuar una marcha que inicialmente tenía un propósito pacífico: exigir justicia por la muerte de Diego. Con su llamado a portar armas blancas, López pone en riesgo la seguridad de los jóvenes que participan en la manifestación y amenaza con escalar la violencia en una comunidad ya herida por la tragedia.
Luis Rey López, conocido por sus antecedentes porriles, sigue buscando una manera de ganar terreno en la política local, a pesar de la falta de apoyo popular reflejada en su derrota electoral. Sin embargo, su estrategia actual ha generado más rechazo que simpatía entre los ciudadanos, quienes ven en su actuar una falta de empatía y una peligrosa inclinación a incitar el desorden en un momento de duelo colectivo.