Por Vidany Ojeda
En los últimos días, el Sindicato independiente “3 de marzo” reactivó sus protestas en busca del pago de una suma total de veinticuatro millones de pesos (24 MDP), correspondientes al fondo de pensiones, alegando que no se respetaron los acuerdos previos con el gobierno municipal. Las protestas incluyeron el cierre de vialidades y la colocación de basura en diferentes puntos de la ciudad, entre ellos, el Palacio Municipal de Oaxaca de Juárez; frente a la iglesia de Santo Domingo, en el andador turístico; y afuera de las propiedades de algunos funcionarios públicos, incluida la del presidente municipal en funciones (Oswaldo García Jarquín), quien se ha convertido en el blanco principal de los ataques y la cara reconocible de la insatisfacción de las demandas sindicales. Se aperturó una mesa de diálogo en la que se invitó al presidente municipal electo (Francisco Martínez Neri) y se le dio solución parcial al conflicto. Luego del depósito de 12 MDP al fondo de pensiones, las protestas se reactivaron, nuevos actores se han sumado y el problema se ha complejizado.
Oswaldo García Jarquín arribó a la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez en 2019 (ganó las elecciones en 2018). El partido que lo acogió fue MORENA y muy probablemente, debido al efecto obradorista y la ola de apoyo que generó la figura de AMLO –luego de años de hartazgo político– es que muchos contendientes fueron electos bajo la nueva esperanza que planteaba este partido. Es así que Oswaldo García Jarquín llegó al poder, luego de décadas casi ininterrumpidas de gobiernos priístas. Su desempeño en el servicio público había sido incipiente: colaboró como Director General del Instituto de Estudios de Bachillerato (IEBO) y en COPARMEX Oaxaca, así como en el sector privado –en materia de educación– en la Universidad José Vasconcelos y como socio fundador de la UNIVAS. Su formación académica fue en Oaxaca y en Estados Unidos, lo cual, muy probablemente, lo distanció de las problemáticas y naturaleza del estado, así como de la cultura política de las y los oaxaqueños. El pasado 14 de octubre de 2021, anunció su intención de contender por la gubernatura del estado. Hoy por hoy, la carrera política de Oswaldo está muerta.
Por su parte, el Sindicato independiente “3 de marzo” se fundó en 1974, en un contexto de efervescencia política a nivel nacional (sólo seis años después de la matanza de Tlatelolco en el 68) y con fuertes convulsiones en lo local, pues se avecinaba una de las mayores crisis políticas en la historia contemporánea de nuestro estado (el conflicto que devino en la división de la UABJO y la renuncia del gobernador Zárate Aquino). Además, el sindicalismo mexicano –con todo y sus vicios, como el charrismo– ya tenía una larga tradición de lucha y resistencia en contra de los patrones por la defensa de los derechos de los trabajadores y su seguridad laboral.
En el municipio de Oaxaca de Juárez conviven varios sindicatos, de los cuales, el “Autónomo” tiene el contrato colectivo principal, sin embargo, la mayoría de sus agremiados se desempeñan en oficina. Por su parte, el “3 de marzo” tiene al mayor número de agremiados y se desempeñan en la parte operativa de las áreas. Es por ello que tienen a su cargo los camiones de limpia, que han sido protagonistas en los últimos días.
La opinión pública se encuentra, casi en su totalidad, de acuerdo en que el trienio de Oswaldo García Jarquín fue malo y se caracterizó por su ausencia. Cabe destacar que los poderes fácticos en Oaxaca (entre ellos los sindicatos, los ambulantes y diversas organizaciones) ejercen el poder de manera contundente cuando sus demandas no son atendidas.
También es importante señalar que la mesa de diálogo que se activó para solucionar el conflicto estuvo integrada por las autoridades del cabildo en funciones y algunos otros actores, entre ellos, el presidente municipal electo Francisco Martínez Neri. Esto denota la incapacidad por parte del gobierno actual para dar solución a las demandas sindicales, al mismo tiempo incrementa las tensiones políticas a su salida, teniendo que integrar nuevos actores al diálogo. A través de El Heraldo Noticias (radio), el secretario general del sindicato (Bernabé Baltazar Díaz) dijo que gracias al gobernador del estado (Alejandro Murat) y al presidente municipal electo (Francisco Martínez Neri), se solucionó lo que García Jarquín no pudo solucionar. No obstante, esta sentencia no duraría mucho.
Las preguntas saltan a la vista ¿por qué Oswaldo García Jarquín no fue capaz de mantener el orden en el municipio? y peor aún, ¿por qué decidió desalojar ambulantes al final de su mandato e incumplir cuotas? Las respuestas pueden ser variadas: quizá se encuentre muy mal asesorado; o quizá, hay acuerdos y pactos con actores que aún no salen a la luz pública, pero que están intentando tomar las riendas del quehacer político municipal y estatal, pues estamos a unos meses de las elecciones a gobernador.
- Politólogo UNAM
Twitter: @vidanyhbo