Ante las denuncias y la indignación de la ciudadanía, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), inició una investigación para dar con los cazadores furtivos de ejemplares de puma en Yucatán.
La Profepa informó que durante una visita de inspección, el hombre señalado como presunto responsable, aseguró haber encontrado una hembra muerta con disparos de arma de fuego muy cerca de la zona arqueológica de Aké, por lo que varias personas comenzaron a tomarse fotos con el cadáver.
Los restos del puma fueron hallados por la autoridad ambiental en avanzado estado de descomposición dentro de una bolsa de rafia blanca.
El felino ya no tenía cabeza, ni parte de la piel, además de que le habían quitado las patas traseras y delanteras, por lo que se procedió a cubrirlo con tierra, dándole destino final en tramo carretero Tixkokob – San Antonio Millet.
Los inspectores federales iniciaron un procedimiento administrativo con el fin de continuar con las indagatorias.
El puma se encuentra enlistado en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES, por sus siglas en inglés).
El jueves, Excélsior dio a conocer que cazadores furtivos en Yucatán aprovechan que los pumas se acercan a las comunidades de Tixkokob y Calcalchén, ante la ausencia de personas por la cuarentena del Covid-19, para matarlos con el fin de vender sus pieles.
