Por Rubén Mújica Vélez
Marx identificó al fantasma con el comunismo. Hoy es la misma pesadilla de los Imperios decadentes: EUA, Inglaterra, Francia, es decir las naciones europeas poderosas gracias a la explotación bárbara del llamado Tercer Mundo.
EUA liderada por un anciano que sueña con reconstruir el “faro del mundo” su país. Para ello espolea la expansión de la OTAN a costa de Rusia, retando al nuevo Zar ruso, el rudo y talentoso Putin.
Así, Biden mantiene la vieja meta de arrancarle Ucrania, la joya de la corona y origen de la ancestral URSS. En esa costosa aventura se suman, aborregados los saldos eximperiales europeos. Pero, la importancia de los energéticos rusos explica la renuencia de Alemania e Italia, para romper lanzas con Putin. Pero el grupo de “chavos” pastoreados por el senil Biden, mandan armas para que ucranianos se maten con rusos.
Otro signo de decadencia yanqui es la negativa latinoamericana a acudir a la Cumbre citada por Biden. O van TODOS o mandan representantes. A Biden, dirían algunos, se le salieron del huacal. Pero la respuesta de Biden puede ser “Trumpiana”. Dura, acorde a un Emperador que niega la lenta agonía de su reino.
Entonces nuestros países estarán en la disyuntiva: cerrar filas en gesto bolivariano o romper filas y esperar que los degüellen uno a uno. ¿Se entenderá entonces la trascendencia de la actitud de AMLO? Bolivarismo o el añejo Panamericanismo washingtoniano.
