Alvaro Cuitlahuac López
Oaxaca de Juárez, 5 de noviembre de 2024 – En una tarde de tristeza y consternación, familiares, amigos y compañeros de trabajo despidieron a Vianney Toledo, la enfermera del ISSSTE cuyo asesinato ha conmocionado a la comunidad de Oaxaca. En el templo de Santo Tomás Apóstol, donde se ofició la misa de cuerpo presente, decenas de personas se congregaron para rendir homenaje y dar el último adiós a una mujer reconocida por su bondad, su entrega y su compromiso en el ámbito de la salud.
El cortejo fúnebre avanzó entre llantos y muestras de solidaridad, encabezado por su madre, quien, visiblemente afectada, sostenía una fotografía de su hija con el dolor de una pérdida que es difícil de expresar en palabras. Durante la ceremonia, una de las tías de Vianney habló en nombre de la familia, pidiendo respeto para la memoria de su sobrina y exigiendo justicia.
““Esto debe ser un precedente. Nadie merece lo que estamos viviendo”, señaló con firmeza, subrayando la petición para que el crimen sea catalogado como feminicidio y se castigue con todo el rigor de la ley.
El caso de Vianney Toledo no solo ha indignado a su familia; ha encendido la preocupación entre colectivos de derechos humanos y organizaciones feministas en el estado, quienes han insistido en la necesidad de abordar con mayor firmeza la violencia de género y ofrecer protección y justicia a las mujeres de Oaxaca. Según han declarado, el reconocimiento de los elementos de feminicidio en este caso es esencial para evitar que el agresor obtenga beneficios legales o reduzca su condena.
La carroza fúnebre de Vianney también se detuvo en el Hospital ISSSTE Presidente Juárez, donde la enfermera trabajó hasta el día de su desaparición. Sus colegas y amigos se reunieron para realizar un último homenaje, entre oraciones y recuerdos, mientras una marea blanca de batas y uniformes de enfermería mostraba respeto a una mujer que dedicó su vida a cuidar a otros. Durante esta parada, sus compañeros alzaron una oración por su descanso y demandaron justicia, recordándola como una profesional comprometida y generosa.
El sepelio de Vianney Toledo tuvo lugar en el Panteón Jardín, donde su familia y amigos la despidieron definitivamente. La ceremonia se vio envuelta en un clima de consternación y tristeza, acompañado de un llamado urgente a las autoridades para que investiguen y esclarezcan el feminicidio.
““No descansaremos hasta obtener justicia”.
Declaró uno de los familiares, reforzando el compromiso de la familia y de la comunidad de exigir una respuesta efectiva por parte de las instituciones de justicia en el estado.
La historia de Vianney, madre, hija y trabajadora, se suma a una preocupante lista de víctimas de violencia de género en Oaxaca, una problemática que sigue afectando a miles de mujeres en el país. Para la comunidad oaxaqueña, su partida representa no solo una pérdida irremediable, sino un recordatorio de la urgente necesidad de fortalecer las acciones de prevención y respuesta frente a la violencia de género.
La familia Toledo y organizaciones de mujeres han anunciado que continuarán movilizándose para exigir justicia para Vianney y todas las víctimas de feminicidio en el estado.
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