Luego de seis meses desaparecido, la señora Enedina halló en una fosa clandestina, en Hermosillo, Sonora, los restos óseos de su hijo Víctor Hugo.
Fue en abril pasado cuando el hombre de 35 años de edad desapareció en la colonia San Bosco luego de irse con un grupo de personas.
La familia de Víctor reportó su desaparición a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora, pero al no haber avances su mamá se unió al colectivo de búsqueda Buscadoras por la Paz.
Tras meses de investigación independiente, la señora Enedina recibió el video del asesinato de un joven quien afirmó no ser él a quien buscan. La madre reconoció a la víctima como su hijo.
El sitio del homicidio, según el video, coincidió con una casa en la que le habían reportado antes que estaba Víctor y de inmediato se dirigió allí para buscarlo.
El colectivo Buscadoras de la Paz llegó al inmueble de la calle San Judas con picos y palas para buscar los restos del hombre, hallados debajo de una placa de cemento.
Tras confirmar la señora Enedina que se trataba de su hijo, el colectivo dio parte a las autoridades, quienes tardaron más de un día en ingresar a la casa para el levantamiento del cuerpo debido a la falta de una orden de cateo.
Durante las horas que permanecieron expuestos los restos de Víctor Hugo, perros de la calle estuvieron a punto de llevarse algunos de sus huesos.
“No quiero más que la justicia de que no esté tirado ahí por 24 horas después de haberlo descubierto, porque ni las autoridades tuvieron el valor de hacerlo”, dijo la madre de Víctor al periódico local Expreso.