Marca francesa explota imagen de mujeres de Teotitlán

Marca francesa explota imagen de mujeres de Teotitlán

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Por Vidany Ojeda – Politólogo UNAM

En los últimos días se viralizó la noticia (junto con un video) de la marca francesa de ropa “Sezane”, que usó a una mujer oaxaqueña de la tercera edad para que luciera sus prendas, a la vez que le tomaban fotos y bailaban con ella. La inconformidad se acrecentó cuando se supo que la marca de ropa la “recompensó” con 200 pesos (algunos dicen que fueron 250). Todo lo anterior sucedió el 8 de enero del presente año en Teotitlán del Valle. El descontento escaló a oídos del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) quien ya interpuso un recurso jurídico, puesto que dicha acción refuerza los estereotipos clasistas y racistas que hay México –y el mundo– con relación a los pueblos originarios, al mismo tiempo que es un atentado en contra de la dignidad de las personas pertenecientes a comunidades. Desde la más profunda ignorancia y humildad, la pregunta que surge es ¿por qué esto está mal? ¿Qué tiene de malo si hay consenso? ¿Por qué es un atentado en contra de la dignidad?

La apropiación cultural es un tema que ha estado en boga durante los últimos años. Se trata de las prácticas de adopción de elementos culturales ajenos a la persona (física o moral) que los adopta, pero que denotan falta de entendimiento y/o respeto por esa cultura; la situación se complejiza cuando la apropiación cultural está atravesada por intereses económicos que suponen la “extirpación” de ciertos elementos visuales, plásticos, artísticos, de indumentaria, etc. pero con el despojo total de la cultura que los arropa. Hay ejemplos sobrados de este tipo de situaciones (Zara, Levi’s, Carolina Herrera, Isabel Marant, Louis Vuitton, entre otros) que ensanchan los archivos de denuncias, ante situaciones que tienen distintas escalas de lectura.

En 2020, la firma Carolina Herrera fue duramente criticada por utilizar en sus diseños motivos indígenas de México en su colección Resort 2020. Había motivos textiles de todo el país (incluido Oaxaca con el Istmo de Tehuantepec). La casa de moda sólo dijo que era una forma de reconocer la grandeza de los artesanos mexicanos.

Levi’s fue acusado por la Secretaría de Cultura por plagiar diseños de la cultura Mazateca, sin haber obtenido los permisos necesarios por parte de la comunidad, al tiempo que deformó la identidad original de los diseños, que son propiedad intelectual de la misma.

La diseñadora Isabel Marant fue acusada de copiar deliberadamente los diseños de la comunidad de Santa María Tlahuitoltepec (región Mixe), en su colección Etiolé primavera-verano 2015. Este juicio terminó con la absolución de Marant, pues se le consideró que no poseía los derechos de los diseños, no obstante, esta resolución es parcial y deja más preguntas que respuestas: ¿se puede imitar un diseño propio de una comunidad y lucrar con él bajo la premisa de no nombrarse propietario del mismo?

Además, la Historia –sí, con H mayúscula– nos plantea otra perspectiva de este fenómeno: el colonialismo y el neocolonialismo siguen presentes en las sociedades modernas, haciendo que viejas prácticas que se creían superadas, resurjan con nuevos matices, mucho más ocultas y sutiles que antes pero siendo igual de violentas y graves.

Además, uno de los asuntos por los cuales se toma en consideración este tema como un atentado contra la dignidad de las personas –sobre todo de aquellas que pertenecen a alguna comunidad originaria– es que la enorme brecha de desigualdad que ha existido (históricamente) entre las diferentes culturas del mundo, colocan a las culturas nativas y a los pueblos originarios con una notable marginación y discriminación por parte de otras culturas. Las expresiones actuales de este tipo de discriminación son palpables a través las diferencias salariales entre personas con un color de piel y otras; lo mismo que la ocupación de puestos de dirección en diferentes entornos laborales; así como la discriminación que se da en espacios de convivencia (escuelas, trabajos, centros recreativos, etc.).

En suma, la apropiación cultural ha estado muy presente en nuestro país. La normatividad al respecto, así como las campañas de concientización con relación a las comunidades indígenas, son temas viejos pero que no se habían tocado con el debido respeto y atención. Nuevos esquemas de pensamiento y normatividad (como la interculturalidad y los derechos humanos) han permitido aproximarse a otras formas de vida desde la tolerancia, el respeto y la aceptación.

Twitter: @vidanyhbo