Por Gerson Hernández Mecalco
El próximo martes siete de junio se celebra el Día de la Libertad de Expresión en México. En su portal de Internet, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), al mando de Rosario Piedra, cita la siguiente frase en un documento a propósito de esta fecha: “Las luchas históricas de los periodistas han logrado poner en los reclamos sociales los artículos 6° y 7° constitucionales, mismos que ningún gobierno de forma proactiva había intentado. Me parece que hay relación jurídica, pero, desafortunadamente, con frecuencia esas leyes no se respetan” (https://bit.ly/3x3ZCG9).
Este momento fue establecido en 1951 por los editores de periódicos y el entonces presidente de la República Miguel Alemán Valdés —aquel abogado que ridículamente pensó que por inaugurar Ciudad Universitaria con el presupuesto de los mexicanos, tenía derecho a colocar una estatua de su imagen en la explanada de Rectoría—. Vicente Leñero en Talacha periodística se encargó de relatar la explosión a su ego en manos de estudiantes Trotskistas.
En fin, la conmemoración del Día de la Libertad de Expresión busca destacar la trascendencia del régimen democrático y su relación con una prensa libre e independiente. A pesar de que, para la mayoría, lo más importante es su modelo de negocios y no el contrapeso a los poderes gubernamentales. La CNDH dice que “la libertad de expresión es un derecho humano básico, constitucional, fundamental e inherente y necesario a la naturaleza humana, consagrado en los artículos 6 y 7 de la Constitución Política y en el ámbito internacional lo podemos encontrar contemplado dentro del del artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos de 1948”.
A pesar de los cuestionamientos a los mecanismos de protección a periodistas, por parte de la misma Comisión, y otras posturas al quehacer gubernamental, afirmó en 2019, que la libertad de expresión es un derecho esencial, “por lo que su ejercicio pleno”, se genera a partir de “generar las condiciones adecuadas de seguridad”. Con base en lo anterior, todas las mañanas de lunes a viernes desde Palacio Nacional; el principal vocero destaca que han sido respetuosos al ejercicio periodístico; aunque su comunicación política presidencial se caracterice por los incesantes ataques a la información que cuestiona su realidad; en un contexto donde se han asesinado a 11 periodistas en el país en 2022.
Ya casi para terminar, no se puede generalizar, pero las nuevas generaciones expresan su libertad a través de otras plataformas. De acuerdo con Lingokids “estudiantes y futuros trabajadores buscan un giro profesional diferente para generar ingresos… La encuesta realizada a 600 padres y madres revela que 9.8 por ciento de los niños responden ´youtuber, influencer o tiktoke´ a la pregunta: ¿Qué quiere ser tu hija o hijo cuando sea grande?; mientras que 37.3 por ciento aún espera convertirse en médico, 11 por ciento busca el sueño de convertirse en futbolista profesional. Con el tercer lugar, el oficio de creador de contenido viral relegó a otras profesiones como profesor, con 7.3 por ciento; policía, con 6.6 por ciento; y cantante, con 5.1 por ciento”.
Por último, datos retomados por Merca 2.0 del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación FAD, “el 82.4 por ciento de los jóvenes acepta crear contenido con la esperanza de volverse virales y empezar a difundir su imagen”. Obviamente muchos fracasan en el intento. La libertad, más allá de celebrarse en una fecha, debe practicarse todos los días, a través del periodismo o un baile en cualquier red sociodigital, aunque la calidad no sea la misma.
Comunicólogo político y académico de la FCPyS UNAM, @gersonmecalco