Fco. I Madero: del Reformismo a la Revolución

Fco. I Madero: del Reformismo a la Revolución

Bárbara carestía y silencio de diputados de Morena
Sobre el patrimonio cultural y la guerra
De los olímpicos y la denuncia simbólica

Por Rubén Mújica Vélez

Este trance de El Mártir de la Democracia ha sido poco estudiado. Ésta es una invitación a hacerlo. El análisis de su libro “La Sucesión Presidencial en 1910” permite entender las ideas de un ciudadano nacido en Pañales de Seda, preparado incluso en el extranjero que vislumbra la creciente Injusticia que significaba el porfirismo contra el pueblo pobre. Pero también las limitaciones ideológicas de un integrante de la Plutocracia rural.

Madero en su libro elogia al Porfirio Díaz, formula tenues críticas y ofrece la posibilidad de que en la elección de 1910 Don Porfirio nuevamente, candidato a la Presidencia, acepte para la Vicepresidencia a Madero. Éste concebía una transición suave de la Dictadura a la Democracia. Iluso no entendió que un Dictador no comparte ni negocia el Poder. Entrevistado con Díaz éste niega esa posibilidad. Madero dice “entonces nos veremos en las elecciones” Díaz se burla. Madero inicia su campaña asediado por los gobernadores porfiristas. Hasta que en San Luis Potosí el gobernador, amigo de los Madero, lo detiene y le señala por cárcel esa ciudad.

Las elecciones se realizan y Porfirio es reelecto nuevamente. Madero escapa de prisión convencido que sólo queda la lucha armada contra el Dictador. Lanza el Plan de San Luis convocando a la rebelión el 20 de noviembre. Ésta es decisión clave. Es el paso de la vía pacífica a la armada. Aquí Serdán se rebela y es asesinado en Puebla, Madero refugiado en EUA con un grupito armado regresa a México.

Fue derrotado en Casas Grandes Chihuahua y a punto de ser aprehendido. Días después conquistaron Ciudad Juárez. Fue el fin del porfirismo. Apenas 3 meses de lucha armada reveló que estaba podrida la Dictadura. Madero topó con la resistencia de los porfiristas en el gobierno y sus intelectuales orgánicos. Triunfó arrolladoramente (cómo Amlo) en las urnas. Cómo Presidente fue respetuoso de los poderes estatales y de los críticos. Pero dejó intacto el Ejército y sus jefes porfiristas y ordenó el desarme de quienes lucharon por él.

De los zapatistas no entendía su lucha agraria. Madero era de familia latifundista incluso amiga de Don Porfirio y de Ives Limantour su secretario de Hacienda. Sin apoyo de un Zapata desilusionado de Madero y ante el deseo de éste, de aplicar un impuesto al petróleo exportado se originó la Conjura de la Embajada yanqui y la traición del “CHACAL” Victoriano Huerta.

Preso, en Palacio Nacional, Madero reconoció sus enormes errores. El embajador cubano Márquez Sterling reseñó esas amargas declaraciones. Asesinado vilmente además de su hermano Gustavo y con Pino Suárez, tras 17 meses en la Presidencia esa felonía desató la segunda etapa, la más sangrienta, de la Revolución Mexicana. De la 3aT. Madero tránsito así de la lucha pacífica que frustrada por el Dictador lo obligó a la armada, al martirio. Una espléndida reseña de la corta trayectoria política de Madero la escribió AMLO en su libro “NEOPORFIRISMO” que es clave para entender su coincidencia con las intenciones y soluciones democráticas de Madero. Libro de AMLO agotado que no he logrado adquirir. Es una reseña de la frustrada experiencia de una democracia, obviamente, burguesa.