Evlin Aragón/Zona Roja
Oaxaca de Juárez, Oax., 17 de octubre de 2021.- En Oaxaca, son amigos y conocidos quienes fungen como reclutadores de adolescentes en actividades criminales.
Así lo detalla el informe “Niñas, niños y adolescentes reclutados por la delincuencia organizada”, presentado recientemente por Reinserta, organización que dio a conocer que 30 mil menores de edad en el país que han sido captados y se han integrado a la delincuencia.
El documento, con un apartado específico para la zona sur conformado por datos obtenidos en la entidad oaxaqueña y Quintana Roo, refiere que las principales razones por las que las que niñas, niños y adolescentes ingresan a las filas del crimen son: dinero, poder, consumo de drogas, venganza, búsqueda de protección y seguridad.
“En Oaxaca las razones parecen tener un trasfondo más profundo, pues, si bien el dinero es constantemente un aliciente, el principal móvil es la protección y seguridad que los cárteles brindan y la sensación de tener un grupo que los respalda y ampara”, cita el documento.
Lo anterior, de acuerdo con Reinserta, resulta un hallazgo alarmante porque pone en evidencia las carencias afectivas y de contención de los adolescentes en la entidad, aunado al hecho de que refieren no percibir seguridad en los entornos en lo que se desarrollan.
El estudio pone de manifiesto que, pese a la negativa de las autoridades de gobierno, los principales cárteles que operan en Oaxaca son Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel de Sinaloa y, con menor frecuencia, “Los Zetas”.
De ahí que las niñas, niños y adolescente se desempeñan actividades de “halconeo” o patrullaje, venta y transporte de drogas, homicidio, sicariato, reclutamiento de adolescentes, portación y uso de armas, cavar hoyos para fosas comunes, y cuidado de casas de seguridad.
La edad promedio de involucramiento en las filas de la delincuencia organizada, en la zona sur, oscila entre los 8 y 16 años; el caso de nuestra entidad la mayor incidencia es a los 14 años, en jóvenes con necesidad económica, principalmente.
También explica que la delincuencia organizada se beneficia de la flexibilidad del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, así se aprovechan de los menores de 18 años y no exponen a integrantes estratégicos de la organización que están expuestos a sanciones más altas y graves.
Las conductas por las que más se detienen y procesan a las y los adolescentes relacionados con la delincuencia organizada en la zona son: homicidio, delito contra la salud, portación de armas, secuestro, extorsión, halconeo y tráfico de indocumentados.
De acuerdo con el documento, en la entidad oaxaqueña las y los adolescentes pertenecen de primera cuenta a pandillas, mismas que ya no son grupos pequeños del barrio, sino células de menor alcance que los cárteles, pero con mucha más presencia e interacción con la delincuencia organizada.
Así mismo evidencia el acceso a drogas y armas al interior de los centros escolares, “en Oaxaca no sólo los alumnos venden y consumen, también los maestros entran en la dinámica de compra de sustancias ilegales dentro de los espacios educativos”, de acuerdo con los testimonios recabados.
Tanto en Oaxaca como en Quintana Roo se puede determinar que el abandono escolar antecede significativamente al ingreso a las filas de la delincuencia organizada.
En ambas entidades se menciona como principales razones para dejar la escuela la falta de interés, el consumo de drogas, y el involucramiento con grupos delictivos organizados.
Apenas el pasado sábado 9 de octubre, en una casa de seguridad de Santa Lucía del Camino, Oaxaca, fueron rescatados tres adolescentes que fueron reclutados en Tlacolula de Matamoros, a quienes habrían prometido ganar mucho dinero, a cambio de servir al crimen organizado en el estado de Nuevo León.
En Oaxaca, amigos y conocidos reclutan a jóvenes en el crimen organizado
