Por Gerson Hernández Mecalco
“No somos iguales” repite una y otra vez el Presidente López Obrador. Pero ¿Qué significa esa frase? Por primera vez desde Palacio Nacional el 18 de diciembre de 2018 mencionó: “De manera respetuosa, no somos iguales, vengo de trabajar en comunidad hace 40 años. Trabajé de 1977 a 1982 en comunidades indígenas, sé de lo que se trata. No es una cosa ajena, no soy fifí, vengo de abajo. Ahora me tengo que vestir así por la investidura, pero sé lo que es trabajar con los pueblos y respetar la democracia comunitaria”. El mandatario entiende que el “no ser igual” es haber nacido en un pueblo, trabajar por los indígenas, respetar la “democracia comunitaria”, y obviamente no ser fifí.
En la comunicación política de su IV informe de gobierno, esa frase es el mensaje clave, e intenta persuadir con imágenes de que eso es así. Sin embargo, hay muchos comentarios al respecto. En un spot afirma “ancianos respetables” mandan en Palacio Nacional. Se observan más de 10 personas de la tercera edad sentados en la mesa de la sala de juntas del despacho presidencial, que es donde recibe a asesores e invitados especiales. El Presidente toma la palabra y vestido de traje negro y corbata color verde afirma: “No somos iguales, durante los gobiernos neoliberales las pensiones jugosas eran para los ex Presidentes. Ahora son para todos los adultos mayores del país”.
Visualmente el Presidente les da la espalda, y en ningún momento permite que alguna o alguno hable, lo único que comunican es su sonrisa. Max Weber diría que esa escena ejemplifica uno de sus tipos de autoridad, que es la tradicional y es representada por los ancianos. En México más de ocho millones reciben apoyos económicos, y dos de cada 10 viven solos. Una hipótesis es que esa cantidad se cuantifique como votantes y no como ancianos respetables.
En otro spot se presume el AIFA como el mejor aeropuerto de AL, aunque Skytrax informe que el Dorado en Colombia es el único que aparece en los 100 primeros. Fue grabado en Santa Lucía; y se observa al Presidente vestido de traje; y no se muestran mujeres ni en la imagen, ni en el discurso, ya que afirma: “Lo hicieron los trabajadores de la construcción, los ingenieros militares y la Sedena”. Incluso el presentador de lenguaje incluyente es un varón. A su derecha está el Gral. Luis Crescencio Sandoval, y a su izquierda dos militares más. Atrás quedaron las promesas de campaña y declaraciones del 01 de julio de 2019: “Si por mí fuera, yo desaparecería al Ejército y lo convertiría en Guardia Nacional, declararía que México es un país pacifista que no necesita Ejército”.
En otros spots en donde se habla del presupuesto y el Banco de Bienestar; actúa solo, lo que comunica la personalización de las decisiones económicas, además de usar cifras que solo entendería un físico matemático. Su vestimenta es la que más le queda, usa una guayabera, a la imagen solo le faltan los collares de flores que le tapan el rostro en sus viajes al sur del país. Por último, comparte cuadro con Francisco I. Madero, lo que tiene como propósito equipararse a ese personaje.
En otros materiales se ve al titular de Fonatur, cuyo nombre es intrascendente, así como su participación en el spot, ya que ni siquiera parpadea. Al fondo un tren de los que se usará en territorio Maya. El mensaje es claro, “no somos iguales” a los gobiernos neoliberales, somos del pueblo. Sin embargo, los spots no desaparecen el contrapeso de la realidad del país. La nostalgia por el presidencialismo está de vuelta; lo que contradice su mensaje clave de que no son iguales, y claro que no lo son, si no que han superado muchos comportamientos del priísmo que dicen aborrecer.
Comunicólogo político y académico de la FCPyS UNAM. Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco